En un niño una conducta agresiva dentro del aula de clase desencadena perturbaciones no solo para los demás alumnos sino también para el docente del curso, ya que la agresividad tiene efectos desagradables e inaceptables por lo que el docente debe poner un alto a esa situación. Pero más allá de poner un alto y de aplicar una estrategia para lograr desaparecer dicha conducta el docente debe determinar cual es el estimulo que hace que la agresividad se active en el niño, es decir, el docente debe identificar el reforzador que alimenta dicha conducta y partir de ahí para aplicar la técnica de modificación de conducta que mejor considere.
Un docente debe saber que existe una causa, una razón y una circunstancia que hace que el niño actué con agresividad y es su deber observarlo minuciosamente para llegar hasta el estimulo que genera en él una respuesta y por ende una consecuencia.
Este proceso de análisis conductual es tan imprescindible e importante que el docente lo maneje con destreza y habilidad, ya que este será su punto de partida para llegar al lugar de origen de la conducta agresiva y poder atacarla sutilmente hasta desaparecerla por completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario